

AUTOR.- Hola, gracias por invitarme.
PERIODISTA.- ¿Por qué empieza con esta cita su artículo?
AUTOR.- Primero, porque el post está publicado en español y trato de aproximar al lector (probablemente conciudadano mío) a un caso cercano y tristemente conocido por todos. Además, Carlos Barciela es profesor en mi universidad, la Universidad de Alicante, y por ello he seleccionado esta cita.
Aquí, me refiero a Franco porque es un dictador, quien por su naturaleza busca su propio beneficio. Pero tiene que tener en cuenta que el pueblo es numeroso y puede derrocarle si decae el nivel de vida a nivel general. Por ello, habrá de conseguir la satisfacción de las necesidades colectivas si quiere continuar en el poder. Por tanto, cabe redefinir las estrategias de ciertos gobiernos cuando se expresa, en los medios de comunicación, que cierto gobierno dictatorial tiene como objetivo un crecimiento de tal porcentaje, porque realmente habría de decirse: “el gobierno dictatorial de un país se fija como objetivo el beneficio individual de continuar en el cargo, y el instrumento (no el objetivo) es el crecimiento del país”.
PERIODISTA.- A pesar de no citar las influencias dawkinistas que demuestran sus últimos trabajos, parece seguir en la misma línea.
AUTOR.- Sí. En un principio, tomé la idea en el campo de las ciencias naturales, campo ajeno para mí, aunque estoy abierto al aprendizaje en todas las áreas de conociemiento.
- Como expliqué en mi post "EVOLUCIÓN Y CIENCIA" Dawkins trata de generalizar algunos principios biológicos para valorar el conocimiento científico, comparando la importancia de las personas, variable flujo, y la ciencia, variable stock, que perdura tras la muerte de las personas. Las personas son el vehículo para la tranmisión y la evolución de la ciencia, así como la gallina es el mecanismo del huevo para poner más huevos.



PERIODISTA.- Hasta ahora, ha hablado en términos generales sin citar a China, pero el título de su artículo alude directamente al gigante asiático. Háblenos sobre el gigante asiático.
AUTOR.- Todavía no he hablado de China porque trato de dotar a mi artículo de un valor universal. Me costó mucho sacrificar el título original, “Dictadores y beneficio colectivo” por el actual “China: dictadura y crecimiento”. La razón por la que he decidido cambiar el título se debe a que, de esta manera, creo que puedo captar la atención de más lectores porque el tema del Tíbet y el crecimiento chino están ocupando las portadas de los noticiarios hoy día.

En el caso chino, se adecúa todo lo explicado para el caso general de las dictaduras. Sin crecimiento y satisfacción de las necesidades colectivas, el gobierno chino habría sido derrocado por más de 1300 millones de personas. Una forma de disuadir la voluntad de una masa humana tan grande es proporcionándoles un nivel de vida mucho mayor. La fuerza de la policía política y del ejército pueden aplastar las revueltas populares momentáneamente, pero no para siempre. Y mucho menos cuando el número de oprimidos es tan grande como en el caso de China.
En resumen, el caso de China es específico en mi estudio sobre dictaduras y crecimiento. Su importancia está en que es actual y muy seguido. Ejemplos históricos como el de Franco o las propias monarquías absolutas son también interesantes, pero entiendo que se pierda interés en ellos conforme pasa el tiempo y se quedan desfasados.
PERIODISTA.-Alude a dictaduras de todo tipo: de militares y fascistas como la franquista, republicanas y comunistas como la china, y las monarquías absolutas del Antiguo Régimen. ¿Le da igual el color político a la hora de tratar las dictaduras?
AUTOR.-Me da completamente igual. En el caso de una dictadura, hay un dictador, un líder claro más que un partido: Mao, Castro, Hitler, Stalin o cualquier monarca absoluto. Tal vez, sería menos engañoso que siempre se llamaran “poder de uno sólo” en griego, pero eso es demasiado polémico y agitaría a muchos partidarios del antiguo orden, y eso no es mi intención.

En el caso chino, se adecúa todo lo explicado para el caso general de las dictaduras. Sin crecimiento y satisfacción de las necesidades colectivas, el gobierno chino habría sido derrocado por más de 1300 millones de personas. Una forma de disuadir la voluntad de una masa humana tan grande es proporcionándoles un nivel de vida mucho mayor. La fuerza de la policía política y del ejército pueden aplastar las revueltas populares momentáneamente, pero no para siempre. Y mucho menos cuando el número de oprimidos es tan grande como en el caso de China.
En resumen, el caso de China es específico en mi estudio sobre dictaduras y crecimiento. Su importancia está en que es actual y muy seguido. Ejemplos históricos como el de Franco o las propias monarquías absolutas son también interesantes, pero entiendo que se pierda interés en ellos conforme pasa el tiempo y se quedan desfasados.
PERIODISTA.-Alude a dictaduras de todo tipo: de militares y fascistas como la franquista, republicanas y comunistas como la china, y las monarquías absolutas del Antiguo Régimen. ¿Le da igual el color político a la hora de tratar las dictaduras?
AUTOR.-Me da completamente igual. En el caso de una dictadura, hay un dictador, un líder claro más que un partido: Mao, Castro, Hitler, Stalin o cualquier monarca absoluto. Tal vez, sería menos engañoso que siempre se llamaran “poder de uno sólo” en griego, pero eso es demasiado polémico y agitaría a muchos partidarios del antiguo orden, y eso no es mi intención.
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