lunes, 14 de abril de 2008



¿Es usted empresario? ¿Quiere ser líder en un sector determinado? ¿Se ha planteado qué estrategia seguir? Aquí encontrará algunas claves.

En las últimas Jornadas de Economía Española que celebra la UA, asistió el dueño de Carmecita, Jesús Navarro. Su especialidad son las especias, un negocio tradicional donde, en principio, parece difícil diferenciarse y adquirir posiciones ventajosas en el mercado. Pues bien, Carmencita ha conseguido ser una marca líder en su sector, la primera en España y un referente a nivel internacional. ¿Cómo lo ha conseguido?
En su intervención, Jesús Navarro dio algunas explicaciones realmente valiosas para todo empresario. Se refirió a la estrategia del océano azul (concepto desarrollado por W. Chan Kim y Renée Mauborgne), en contraposición a los océanos rojos, teñidos de sangre de los rivales que luchan por una reserva de utilidades cada vez menor.


Puede que uno pueda rechazar en un primer momento ciertos negocios por considerarlos vestigios del pasado. Pues bien, es un hecho incontestable que existen éxitos en diversos sectores de la economía, y las empresas líderes consiguen diferenciar no competiendo con los rivales mediante una guerra de precios a la baja que reduzca todos los beneficios, sino creando océanos azules de espacios seguros y listos para crecer.
Si hemos descartado como éxito posible la guerra de precios y la tendencia hacia la competencia perfecta relacionada, no debemos trasladarnos al extremo opuesto del monopolio tradicional con precios altos y producción restringida (al estilo del petróleo).

En la estrategia del océano azul, el oferente es sensible a los cambios en la demanda y, a partir de aquí, se produce un salto cualitativo en el valor para el cliente a un precio asequible.
Si el precio es bajo pero la calidad es alta, es erróneo apostar por una estrategia de liderazgo en costes que aspire a una producción muy elevada y poco diferenciada. Al contrario, cabe integrar unos costes bajos con la diferenciación del producto.
Ello lleva un tiempo.
Podemos vislumbrar un sistema donde existen charcas que alimentan un gran lago. El gran lago representa el valor total del producto, y cada charca varía de dimensión en función de su importancia sobre el valor total.
Pues bien, en esta estrategia empresarial, cualquier proceso productivo es susceptible de ser externalizado, por encima de dogmas donde procesos como la producción debe realizarse en el interior de la empresa. Es decir, si algo deja de aportar valor al lago azul, se externaliza (flexiblemente), sin más.


En esta dirección, podemos leer en la página web de Carmencita:
“Las cadenas de envasado han sustituido en muchos casos a la mano del hombre. Aunque para conseguir la perfección total de cada paso, siempre es necesaria la vigilancia de operarios experimentados”.







Para ser efectiva, esta estrategia debe tenerse presente permanentemente. El objetivo es vencer en el futuro, es decir, en ese largo plazo que los economistas suele rehuir, con vistas en el corto plazo. Si el empresario se relaja, perderá posiciones de ventaja al aparecer imitadores, por lo que debe estar innovando y perfeccionando su producto constantemente.



IMPORTANCIA DE LA DIFERENCIACIÓN
¿CUÁL ES EL RESULTADO FINAL?
La empresa aumenta beneficios, los compradores ganan (en calidad y en precio) y la sociedad también por la mayor eficiencia. Es decir, todos mejoran su utilidad. Por lo tanto, resulta completamente ventajoso adoptar la estrategia del océano azul.






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